Indignación ha sido el sentimiento dominante y exigencia de justicia ha sido la posición de muchos que hoy lamentamos el asesinato de Emilia Quan Staackmann, joven socióloga quien, a través de su aporte científico, estaba siendo constructora de un país distinto como el que pretendemos construir millones de guatemaltecas y guatemaltecos.
Emilia trabajaba en el Centro de Estudios y Documentación de la Frontera Occidental de Guatemala CEDFOG, institución que desde ese rinconcito devino de nuestro territorio nacional, ha venido revelando dinámicas y procesos que desde esa región huehueteca desnudan a nuestro país y nos hablan de los caminos torcidos de nuestra patria; pero también nos muestran los caminos éticos, sociales, económicos, étnicos y políticos por los cuales habremos de transitar en dirección a construir una nueva nación y un nuevo Estado.
El secuestro momentáneo y las agresiones padecidas por Víctor López, trabajador también del CEDFOG, y el secuestro y asesinato de Emilia deben ser esclarecidos y los responsables llevados a la justicia. Esto es lo mínimo que podemos exigir.
El asesinato de Emilia se suma a la de miles de guatemaltecos que están siendo presa de la delincuencia y el crimen que se han convertido en una problemática endémica para nuestro pueblo, pero al mismo tiempo un jugoso negocio para quienes en la ilegalidad y la legalidad, aumentan sus ganancias capitalistas a costa del dolor y la muerte. Es un problema nacional al cual el este Estado ha sido incapaz de resolver, dejándonos en la indefensión absoluta.
Nuestro pésame a la familia de Emilia, a sus amigos, compañeros y al CEDFOG. Su asesinato nos indigna, pero esa indignación debe llevarnos a actuar en dirección a exigir JUSTICIA y a construir un nuevo país.