POR REDACCIÓN ·
1 SEPTIEMBRE, 2015
http://www.urng-maiz.org.gt/2015/09/crisis-en-guatemala-entre-movilizacion-popular-e-intereses-geopoliticos-de-eeuu/
Desde hace meses que
Guatemala se encuentra inmersa en una profunda crisis institucional. Mario Sosa
investigador y docente en la Universidad Rafael Landívar y la Universidad de
San Carlos de Guatemala, analizó los factores históricos, así como también
internos y externos que desencadenaron la situación actual.
Entrevistado por el
programa radial L’Ombelico del Mondo, Sosa explicó
lo que ha generado la revelación de la red de corrupción conocida como “La
Línea” en el mes de abril que desencadenó la renuncia de diversos funcionarios
nacionales -incluida la vicepresidenta del país-, así como también enormes
movilizaciones que exigen la renuncia del presidente Otto Pérez Molina y la suspensión de
las elecciones del próximo 6 de septiembre.
- ¿Cuál es su visión respecto a lo que
ha venido sucediendo las últimas semanas en el país, incluida la detención de
la ex vicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti?
– A partir del
descubrimiento de “La Línea”, esta red criminal que se ocupaba de operar la
evasión de impuestos para medianos y grandes empresarios en el país, se inicia
un momento político trascendental porque se logra determinar la implicación de
funcionarios públicos de todos los niveles que están involucrados en este caso
de corrupción pero también en otros dentro del Estado.
Esto responde a varios
factores. Uno tiene que ver con que el Estado acepta la continuidad, presencia
y apoyo en materia de investigación criminal de la Comisión contra la Impunidad
en Guatemala que es un organismo de Naciones Unidas. Este organismo logró
determinar la existencia y pruebas que incriminan a este conjunto de
funcionarios.
Dos, estos hechos vienen
a formar parte de una disputa de poder por el control del Estado. Por un lado
entre la vieja oligarquía -que históricamente lo controló en función de sus
intereses- y una burguesía emergente que se fue asentando a la luz de negocios
regionales, la evasión de impuestos y sus vínculos con el narcotráfico.
La Línea es una
estructura que tiene su origen en los 80 y venía gestándose producto de estos
vínculos de la burguesía. Entonces forma parte de estas estructuras de poder
económico reciente que le están disputando el control del Estado a la vieja
oligarquía.
Pero lo que revela
la existencia de esta red, es la crisis en que se encuentra el Estado y el
sistema político guatemalteco… Se ha instalado en el control del poder
legislativo y ejecutivo una clase política rentista que busca reproducirse
y mantenerse en esos organismos de poder para generar una serie de negocios que
les permitan acumular riqueza. Y aquí hay que hablar no solo de los
políticos per se, sino también de esa burguesía que se ha beneficiado de esta
situación.
También hay que
decir que está en crisis un Estado que ha venido siendo cuestionado por
múltiples factores: porque no está garantizando el bien común; porque ha estado
facilitando sobre todo las actividades económicas de carácter extractivo (que
son un vil despojo de los recursos del país); porque ha seguido reprimiendo a
sujetos colectivos como los pueblos indígenas, el campesinado, entre otros.
Todo eso está entrando
en juego en este nuevo momento político de Guatemala. Además, la movilización tiene como punto central la
renuncia del presidente y el enjuiciamiento tanto de él como de todos los
funcionarios implicados.
- Estamos hablando de un caso de
corrupción enorme junto con una movilización y paro nacional que exige la
renuncia del presidente Otto Pérez Molina a pocos días de las elecciones ¿cuál
es el escenario, en este contexto, para el desarrollo de los comicios?
– El actual presidente
goza de pocos apoyos. Tiene el respaldo de una fracción de altos oficiales del
ejército y en el gobierno tiene una alianza con el partido que hasta este
momento ha encabezado las encuestas de cara a las elecciones del 6 de
septiembre. Son los factores que lo sostienen en el poder.
Pérez Molina ha estado
insistiendo en que no renuncia y se somete al proceso de antejuicio que abriría
la posibilidad para que entonces comience el proceso judicial en su contra. La
negativa a renunciar genera que la ciudadanía se exacerbe y convoque
movilizaciones tan importantes e históricas como las que estamos viendo.
De cara a las elecciones
lo que se ha venido dando es un proceso de profundización en el
cuestionamiento, no sólo a la clase política rentista, si no del sistema de
partidos en su conjunto y del proceso electoral.
En este momento hay
elementos para afirmar que estas elecciones tienen un carácter fraudulento,
ilegal e ilegítimo. Por eso hay una exigencia ciudadana para que los comicios
se pospongan y se aprueben reformas a la ley electoral y de partidos políticos
que una vez en vigencia permitan una nueva convocatoria.
Este cuestionamiento
podría devenir en un boicot a las elecciones. Adicionalmente se han venido
dando signos de violencia política entre partidos que pueden acompañar la
tónica del proceso electoral.
Se prevé entonces que
las elecciones, que en otro momento pudieran haber sido la forma de resolver o
aminorar la crisis, en este momento podría ser parte del problema, por lo que la
crisis podría profundizarse y extenderse.
- Durante el último año en varios
países centroamericanos se ha dado una situación similar. El presidente
hondureño está siendo cuestionado justamente por haberse hecho de dinero del
seguro social para su campaña. En Costa Rica y Panamá también ha habido casos
similares. Lo de Guatemala es quizás el proceso más avanzado. ¿Cómo analiza
esto que está pasando con los liderazgos y gobiernos en Centroamérica que
tienen esta pauta tan común respecto a la corrupción?
– Se han desarrollado
políticas y se han estado implementando dinámicas institucionales que han
revelado un fenómeno que históricamente se ha dado dentro de los Estados
centroamericanos que es la corrupción.
Para el caso
guatemalteco tendríamos que remontarnos a la dictadura donde los militares
utilizaron al Estado para enriquecerse y aburguesarse.
A partir del momento en
que entra en vigencia, en 1985, la Constitución que actualmente nos rige, se
instalan gobiernos democráticos, entre comillas, que también utilizaron al
Estado en beneficio personal y para beneficiar a las distintas expresiones del
capital local y transnacional.
En la actualidad hay
planes también de carácter geoestratégico avanzando sobre nosotros. Estados
Unidos en este momento pretende implementar el Plan de la Alianza para la
Prosperidad del Triángulo Norte de Centro América que tiene varios objetivos. Primero
contener el avance de los procesos de cambio y transformación social que
provienen de América del Sur. Es un esfuerzo para que de Nicaragua no pase el
avance de estos movimientos que como sabemos han mermado la capacidad de
control de EEUU sobre la región en su conjunto. Segundo, es evidente que
Washington pretende contener también el avance de capitales chinos y rusos.
Entonces la
descomposición institucional podría ser un elemento explicativo secundario ante
los planes geoestratégicos que se expresan en esto que está ocurriendo. La Alianza para la Prosperidad del Triángulo
Norte, que es un plan impuesto por EEUU, implica a Honduras, El Salvador y
Guatemala. Pretende contener la inmigración de centroamericanos a EEUU y
generar condiciones de seguridad y gobernabilidad que sean manejables.
La solución aparente es
la presencia de esta Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala,
que en materia de investigación criminal ha presionado al Ministerio Público
para que cumpla con su razón de ser. Es esta misma comisión la que está siendo
promovida en Honduras y El Salvador. ¿Quién la promueve? Las embajadas de EEUU
en esos países.
Más allá de lo benéfico
que ha sido esta Comisión para el caso guatemalteco, hay planes a nivel
centroamericano en los cuales este tipo de figuras externas de investigación
criminal están queriéndose implementar en función de garantizar ciertos
controles desde EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario