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6 de septiembre de 2016

De la propuesta del Estado plurinacional en Guatemala

¿A partir de qué ideas repensamos el Estado, siendo una necesidad su transformación? Un aporte en esa búsqueda lo encontramos en el texto Demandas y propuestas políticas de los pueblos indígenas de Iximulew, presentado inicialmente en noviembre de 2015 por la Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej, el cual fue reeditado y puesto a disposición pública en el diálogo público Estado y Pueblos Indígenas, realizado el 9 de agosto del año en curso[1]. En él se recoge el planteamiento sistematizado procedente de consultas territoriales a organizaciones y representaciones comunitarias y de pueblos indígenas principalmente.
Desde su voz como una de las representaciones organizadas de pueblos indígenas en Guatemala, Waqib’ Kej presenta una mirada crítica sobre el Estado guatemalteco, el cual concibe como una construcción que históricamente ha sido instrumento de la clase social dominante y de cuyo control se ha beneficiado en conjunto con el capital transnacional y las mafias. Agrega que los distintos gobiernos han sido simplemente administradores y gestores de dichos intereses minoritarios. El Estado —concluye Waqib’ Kej— está anclado en formas coloniales, por lo que está agotado históricamente.

A partir de esto, Waqib’ Kej afirma que, con el Estado-nación, dicha clase social ha tratado —en vano— de imponer un proyecto de sociedad homogénea, formulado leyes, creado instituciones y aplicado políticas que reproducen su exclusión e impiden su representación como pueblos en los organismos del Estado y el ejercicio de sus derechos colectivos a la libre determinación, al autogobierno, al territorio, al desarrollo pleno de sus sistemas jurídicos, de salud y productivos, a vivir plenamente su identidad y cosmovisión, etc. Más aún, confirma que el Estado no garantiza el bien común.

Por ello Waqib’ Kej propone la fundación de un Estado plurinacional, el cual entiende como una organización política en la cual todos los pueblos o naciones, en su calidad de sujetos colectivos, estén plenamente representados. Un Estado orientado a construir un nuevo poder, profundamente democrático y garante del bien común, en el que tengan cabida todos los sujetos que padecen despojo, explotación y opresión —como la clase trabajadora y las mujeres— y se construyan nuevas relaciones entre los seres humanos, los pueblos, los sectores y los grupos sociales, entre la sociedad y la madre tierra.

La unidad de dicho Estado estaría en el reconocimiento de la diversidad en términos no solo culturales, sino también políticos, económicos y sociales. Es decir, sería un nuevo pacto social basado en una comunidad de pueblos o naciones que habrán de compartir los beneficios de construir un Estado compartido, basado en el buen vivir, con normas y políticas que garanticen los derechos comunes y los derechos específicos y colectivos de los pueblos indígenas. Esta será, concluye Waqib’ Kej, la base de una cohesión histórica de nuevo tipo.

Esto implicaría gestar un gobierno plurinacional y gobiernos territoriales autónomos como base para el ejercicio del derecho a la libre determinación —que no significa autodeterminación como nuevo Estado— y para construir la unidad nacional. Esto implicaría el reconocimiento de facultades políticas y territoriales ejercidas por las formas de organización, autoridad, participación, consulta y decisión de los pueblos indígenas con relación a asuntos económicos, políticos, culturales, sociales y jurídicos que les competen.
En la perspectiva de Waqib’ Kej, el nuevo Estado sería posible por la integración de una asamblea nacional constituyente que apruebe una nueva constitución política que defina una nueva institucionalidad y modifique la territorialidad político-administrativa, cuya legalidad se base en el pluralismo jurídico y en políticas públicas de nuevo tipo, correspondientes a los fines que establezca.

Con esta recuperación no se pretende agotar la riqueza de la propuesta ni mucho menos reducirla o castrarla. Se persigue que los lectores puedan acceder a ella y generar las dinámicas necesarias para su estudio. Esto permitirá recuperar de la propuesta todo aquello que nos aporte para repensarnos como sociedad y como Estado.

En este misma dirección, también habrá que recuperar las propuestas de refundación del Estado que han publicado otras organizaciones como el Consejo del Pueblo Maya (CPO)[2], el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca)[3] y planteamientos relacionados que forman parte de plataformas de lucha social como la Asamblea Social y Popular y la Alianza Política Sector de Mujeres.

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[1] Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej (2016). Demandas y propuestas políticas de los pueblos de Iximulew. Caminando hacia un proyecto político para la reconstitución del buen vivir y la fundación de un Estado plurinacional. Guatemala: Waqib’ Kej.
[2] Consejo del Pueblo Maya (2014). Proyecto político. Un Estado para Guatemala: democracia plurinacional y gobiernos autónomos de los pueblos indígenas. Guatemala: CPO.
[3] Comité de Desarrollo Campesino (2016). Guatemala. Vamos para un proceso de asamblea constituyente popular y plurinacional. Guatemala: Codeca.

https://www.plazapublica.com.gt/content/de-la-propuesta-del-estado-plurinacional-en-guatemala
http://www.albedrio.org/htm/articulos/m/msosa-088.html
http://rebelion.org/noticia.php?id=216388
http://www.alainet.org/fr/node/180032


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