Por Mario Sosa
17 de junio 2019
https://www.plazapublica.com.gt/content/preguntas-despues-de-la-resaca-electoral
17 de junio 2019
https://www.plazapublica.com.gt/content/preguntas-despues-de-la-resaca-electoral
Lo más probable es que, cuando se publique este artículo, ya sabremos
quiénes se disputarán la segunda vuelta electoral, la correlación de fuerzas en
el Organismo Legislativo y quiénes triunfaron para dirigir los Gobiernos
municipales.
Muy probablemente la votación ha sido resultado del conservadurismo
hegemónico, en el cual se combinan el clasismo, la homofobia, el racismo, el
fundamentalismo religioso, etc. Muy probablemente el panorama se pinte negro no
obstante los avances que hayan logrado fuerzas y candidaturas políticas
contrahegemónicas.
En este escenario y correlación de fuerzas devenido de la primera vuelta
electoral, y a pesar de la resaca electoral, es necesario que, con perspectiva
de ciudadanos honestos y responsables, nos hagamos preguntas cruciales, con
cuyas respuestas debemos orientar nuestra acción política para los próximos
años. Estas interrogantes pueden ser:
¿Ha salido ganador de la elección el conjunto de fuerzas que forman
parte del llamado Pacto de Corruptos y de Impunidad? ¿Continuará la captura del
Estado a manos de grupos corporativos, políticos corruptos, militares y
estructuras criminales y del narcotráfico? ¿Continuarán la corrupción y el
saqueo del Estado?
¿Seguiremos afectados por un Estado impulsor de un modelo económico que
prioriza el interés empresarial y de pequeñas élites antes que el interés
colectivo y común de los pueblos, de toda la ciudadanía y del cuidado
ambiental?
¿Estaremos ante un Congreso de la República que continuará aprobando una
agenda legislativa de carácter regresivo en materia de derechos, de libertad
para el saqueo y la explotación, para garantizar impunidad a corruptos y
criminales y que relegará la solución a los graves e históricos problemas del
país?
¿Se mantendrá la política enclenque y demagógica en cuanto a mitigar el
hambre, la desnutrición, la carencia de agua potable y de energía eléctrica y
la falta de caminos y carreteras? ¿Se mantendrá el esquema de privatización y
exclusión de las grandes mayorías del acceso a educación y a salud?
¿Continuarán la política de salarios de hambre y las condiciones de trabajo
indecentes?
¿Se seguirán desoyendo las voces de los campesinos y de las comunidades
rurales, en especial en sus demandas de tierra, desarrollo rural integral y
derecho al agua? ¿Se continuarán impulsando proyectos de muerte a pesar de la
resistencia de los pueblos indígenas y mestizos?
¿Se mantendrá la política represiva y de criminalización de la protesta
social y de la defensa de derechos colectivos, que afecta especialmente a
sindicalistas, luchadores sociales y defensoras de derechos humanos? ¿El
sistema de justicia continuará siendo parcial y aplicando fallos de corte
clasista, que garantizan impunidad para los poderosos? ¿Se seguirán protegiendo
los intereses empresariales antes que los derechos de las comunidades, de los
pueblos y de la ciudadanía? ¿Continuarán la política de privatización de la
seguridad y la desprotección de la ciudadanía de las acciones de la delincuencia
común y organizada y de cuello blanco?
¿Se continuará con una política internacional dependiente, incapaz,
apátrida y sumisa? ¿Se mantendrá la práctica de sometimiento a los designios e
intereses de Estados Unidos por sobre nuestros intereses nacionales? ¿Se
mantendrá una política de permitir la violación de los derechos de nuestros
hermanos migrantes?
¿Continuarán las políticas de odio: racistas, clasistas, antifeministas,
homofóbicas y anticomunistas?
Las tendencias tanto en el ámbito político como en el electoral en
específico permiten suponer que las respuestas a las anteriores preguntas —así
como a otras— serán negativas. En ese sentido, deberemos encaminar nuestros
esfuerzos de organización y movilización política a enfrentar a los poderes
corruptos, criminales y contrarios a los intereses comunes y colectivos.
Igualmente, deberemos seguir construyendo la alternativa contrahegemónica, que
pasa por la articulación de propuestas y de fuerzas políticas decididas a
transformar de raíz las condiciones que impiden el buen vivir para todas y
todos.
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